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¿Por qué hacer tus mantenciones en un concesionario oficial?

 

Para poder trasladarte de una forma segura, es vital contar con las mantenciones de tu vehículo en tu distribuidor autorizado, o también conocidos como concesionario oficial. En ambos casos, puedes hacer uso de los servicios de Portillo.

Lo primero, y más importante, es que en todos los concesionarios oficiales trabajamos con los estándares más altos de calidad a la hora de hacer las mantenciones de rutina a los autos de nuestros clientes, ya sea ésta a los 10 mil o más kilómetros. Son varios los beneficios para el usuario, en caso de hacer sus mantenciones en concesionarios oficiales. Podrás alargar la vida útil del auto y sus sistemas, entregarle mayor seguridad para ellos y sus familias y contar con las últimas actualizaciones y mejoras disponibles para su vehículo.

Además, al hacer tus mantenciones en un distribuidor oficial, dejas tu auto en manos de quiénes mejor conocer sus sistemas y tecnologías, gracias a las constantes capacitaciones del equipo técnico y de atención al cliente. También, al utilizar sólo repuestos genuinos aseguras el óptimo desempeño y seguridad al momento de ponerte frente al volante.

Durante tu mantención, se realizará un proceso completo de revisión, y en caso de ser necesario, de reemplazo de piezas vitales para el correcto funcionamiento y durabilidad de tu vehículo (filtros de aceite, are y polen y cambio de aceite). Además, se revisa todo lo que corresponde a motor y chasis, pasando por el sistema electrónico, hasta llegar al último detalle.

¿Cuándo hacer tu mantención?

Para poder dar respuesta a esta pregunta, debemos partir de la base de que todos los vehículos son distintos y que cada fabricante tiene sus propias recomendaciones. Por lo general, existe un consenso de que la mantención se debe hacer dependiendo de la cantidad de kilómetros que tiene tu automóvil.

En una primera instancia, es recomendable que se haga luego de 15.000 kilómetros recorridos o luego de un año de uso, pero pueden aparecer ciertos problemas antes, por lo que a los 5.000 kilómetros también puede ser una buena alternativa de revisión.

Cada etapa de revisión (5.000, 10.000, 15.000, 20.000, 30.000 y 50.0000) tienen sus propios chequeos, los cuáles pasaremos a detallar a continuación, para hacer más eficiente el proceso en el que se encuentre tu auto:

5.000 kilómetros: Revisión general del vehículo, comenzando por el aceite, bujías, filtros de aire, líquidos de frenos, dirección y refrigerantes. Por el lado eléctrico, se revisarán las luces externas y de tablero, además de revisar la suspensión, tensión del embrague y las correas del motor.

10.000 kilómetros: En esta etapa del vehículo se hacer el cambio de aceite (se recomienda que en cada cambio de lubricante también se haga el de los filtros de aceite y de aire). Además, se revisa el estado de los neumáticos (desgaste y balanceo), para ver sí es necesario hacer un cambio de neumáticos. Por último, se revisa el sistema eléctrico del vehículo.

15.000 kilómetros: Revisión del ítem dirección (guardapolvos de ejes, rótulas y terminales de dirección), además de verificar el correcto recorrido del pedal de embrague y/o freno. Por último, evaluar la suspensión y soportes, además del estado de la batería y el sistema de carga.

20.000 kilómetros: Verificación del estado de los soportes de motor y del sistema de escape. También se debe hacer el engrase de los rodamientos de las ruedas traseras, además del cambio del filtro de aire, o en su defecto, del aire acondicionado.

30.000 kilómetros: Se debe tensar el embrague y la correa de motor, la que hace funcionar correctamente el aire acondicionado, alternador, dirección y ventilador). Además, se hace una completa revisión del sistema de frenado del vehículo (cambio de pastillas, verificación de tensión y eficacia del freno). Por último, se revisa el estado del aceite hidráulico y se hace una alineación sencilla con dos balanceos.

50.000 kilómetros: Se recomienda hacer el cambio de aceite del motor, filtros de aire, filtro de aceite, filtro de combustible, pastillas de frenos, líquido de embrague y frenos, bujías de encendido, cables de alta, correas de distribución, ajuste de la suspensión y sincronización del motor de inyección.

A través de estas mantenciones, la vida útil de tu vehículo se extiende, por lo que a futuro podrás sacar la máxima rentabilidad de tu vehículo. En definitiva, una mantención preventiva hace que los elementos fundamentales de tu vehículo funcionen perfectamente, además de prevenir daños a futuro en los sistemas eléctricos y/o mecánicos.

 

¿Qué garantías tienes haciendo tus mantenciones correctamente?

En este punto hay algunos alcances para hacer, el primero es el que se refiere a que existe una sola garantía, lo cuál es errado, ya que existen la garantía legal y la garantía convencional (la primera entra en vigencia cuando recibes tu auto, mientras que la segunda depende de cada marca).

Las garantías convencionales cubren un auto entre los dos a cincos años de uso, o hasta los 10.000 kilómetros recorridos, dependiendo que suceda primero. La vigencia de la garantía dependerá de sí realizaste todas las mantenciones periódicas en los servicios autorizados por Portillo.

Es importante destacar que la garantía de tu auto te protege en caso de una avería de consideración, la que debe ser visada para determinar que el imperfecto fue por falla de fábrica. Además, estas garantías te cubrirán en caso de desperfectos en las piezas y funcionamiento de tu vehículo.

Te invitamos probar el exclusivo servicio de Portillo, donde podrás elegir día, hora y concesionario para poder realizar la mantención de tu vehículo. Contamos con repuestos originales y puedes agendar 100% online ingresando aquí en las sucursales de Portillo en Santiago.

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